Me ha parecido interesante este artículo sobre el efecto legal que tiene sobre las marcas el hecho que sea de mucho éxito.
Llega un momento en el que todos llamamos a un producto, tanto de la competencia como de la propia empresa, por su nombre comercial. El ejemplo que ponen en el artículo es la aspirina. Nadie llama acetilsalicílico a los genéricos que no son de la marca Bayern. Todos son aspirinas. Por eso, el Registro de Patentes y marcas ha reconocido este hecho eliminando la marca y permitiendo su uso más allá del uso comercial de Bayern.
El artículo completo aquí:
Quiero resaltar un par de párrafos especialmente interesantes para nuestro sector:
«Resulta irónico decirlo, pero las empresas y sus marcas pueden morir de éxito, si no son lo suficientemente activas para defender su registro», indica Alberto Rabadán, director técnico de Pons Patentes y Marcas. «Sin embargo, hay que tener en cuenta que no es nada fácil que se declare la caducidad de una marca por vulgarización en la Unión Europea. De hecho, sólo ocurrirá si el titular muestra una actitud pasiva y permite un uso que pueda dar lugar a que la gente piense que no se trata de una marca, sino del nombre de un producto».
¿Qué puede hacer un titular para defender su marca ante una posible caducidad por vulgarización? El letrado de Pons explica que lo esencial es que el titular cuente con una actitud proactiva. «La compañía y sus servicios jurídicos deben hacer todos los esfuerzos posibles para defender su registro en todos los frentes, identificarla como marca registrada -mediante leyendas como ©, TM o marca registrada-, oponerse a otras enseñas que incluyan el término que les pertenece, enviando requerimientos de solicitud de cese o si el nombre terminara apareciendo en los diccionarios, escribiendo a los editores para que éstos indiquen que se trata de una marca registrada».