Quiero emprender pero no tengo dinero. ¿Qué hacer?

En muchas ocasiones nos encontramos en Eureka! Marketing con personas, generalmente jóvenes o que han pasado mucho tiempo en paro, que han ido reflexionando durante un tiempo y madurando una idea de negocio. Y toman la decisión de emprender. Quizás como única salida a una situación desesperada. Sin ahorros ni activos, deciden salir adelante basándose en ellos mismos, su experiencia y su esfuerzo. Es una decisión valiente y, como nosotros mismos fuimos emprendedores, la comprendemos.

Pero ¿qué puede hacer una persona sin recursos en esta situación? ¿Una persona que quiere emprender, pero no tiene dinero? Ciertamente, la circunstancias son adversas. Y sin invertir al menos una cantidad mínima, no se puede llegar a conseguir nada. No sólo el mercado laboral está difícil. Todos los mercados, desde la llegada de Internet, son muy competitivos. Cada vez hay menos sectores rentables y se saturan pronto por la afluencia de competencia.

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Y sin embargo, la solución está ahí. Una persona es valiosa en tanto en cuanto aporta a la sociedad. El mercado recompensa a aquellos que aportan valor a la sociedad, a aquellos que satisfacen mejor las necesidades de los demás. Aún queda espacio para ideas que revolucionen el mercado, que abaraten el precio sin reducir la calidad o que faciliten la vida cotidiana.

Por eso, nos atrevemos a dar algunas pautas, fruto de nuestra experiencia personal, para aquellos que, desde cero, quieren emprender:

  • Cuando se emprende, el dinero se intercambia por trabajo. Tú no lo tienes, así que prepárate para trabajar muy duro. No empieces a emprender creyendo en un pelotazo o que un negocio va a funcionar por sí solo. Los «milagros» existen… en las películas y los cuentos de fantasmas.
  • Trabaja como empleado en el sector en el que quieras emprender. Si es necesario, hazlo gratis (lógicamente si te lo puedes permitir), desde el escalafón más bajo o por el salario mínimo. Ofrécete, visita e intenta trabajar en las empresas del sector. El objetivo es conocerlo desde dentro, saber las dinámicas, los precios, conocer cómo son los clientes y sus motivaciones, las cualificaciones necesarias, las cualidades que ha de tener un negocio para poder ser competitivo en ese mercado. Si el sector en el que quieres emprender no existe o no está presente en tu Isla o región, trabaja en la industria de los productos sustitutivos o plantéate trabajar un tiempo fuera de tu región. Averiguarás si tu producto o servicio es tan bueno como crees o porqué la industria actual no solventa esa necesidad que tú quieres solventar.
  • Mientras conoces el sector desde dentro, cualifícate mientras trabajas y según las necesidades que vas a tener en un futuro. Obtén formación en las profesiones y especializaciones del sector. Existe una oferta de formación profesional gratuita pública que te permitirá formarte al tiempo que trabajas en tu negocio o en otro. De igual modo, si no hay oferta formativa adecuada en donde vives, búscala fuera. Internet nos puede ayudar en ello: tanto a encontrar cursos y formación como a recibir la formación on-line a distancia. Y evita sobreformarte o perder tiempo con teoría inútil: formación práctica y aplicada a tu realidad.
  • Haz un estudio de mercados. Si no puedes hacerlo por tí mismo porque no estás cualificado, cuenta con nosotros u otros profesionales. Conocer el sector desde dentro te dará mucha información que un estudio de mercados confirmará y ampliará. Te abrirá la mente y te dará alternativas de rentabilización, nichos por explotar y te mostrará oportunidades y amenazas en las que no habías caído. Pero sobre todo, te permitirá calcular riesgos y tomar decisiones en base a certezas y no intuiciones.
  • Busca socios, compañeros, empleados… porque muchos proyectos no pueden hacerse sólos. Rodéate de gente que quiera trabajar tanto como tú, comprometida, y que te pueda apoyar financieramente. Y elígelos bien. Porque te tienen que aportar conocimiento, esfuerzo, y te tienen que mejorar a tí. Se suele tener la tentación de meter a amigos, familiares y novi@s en los proyectos empresariales… pero no suele ser buena idea. Elige bien a tus compañeros de viaje.
  • Asesórate legal, contable y fiscalmente. Amigos y conocidos no valen, porque saben lo mismo que tú, aunque parezcan cracks en la materia. Hacienda es peligrosa hasta cuando vas de buenas, sus tentáculos son largos, y cualquier problema fiscal puede acabar rápidamente con tus proyectos empresariales. En la Ventanilla única empresarial te darán pautas. Pero cuenta con profesionales en esto sin dudarlo.
  • El mito de comenzar en un garaje y montar un imperio es falso. Pero la idea no es mala. Sólo si necesitas perentoriamente un espacio físico profesionalizado, se puede comenzar desde un coworking por poco dinero al mes. O desde tu propia casa. Y sí, desde un garaje vacío gorroneado a tu primo. No construirás un imperio, al menos no un gran imperio. Pero al menos será tu imperio.
  • Internet ha democratizado el mundo de los negocios: se puede comenzar vendiendo desde el marketplace de Facebook, o desde Instagram de forma gratuita. Recordemos que la compra – venta de productos es la base de cualquier negocio. En una segunda etapa, te convendrá tener una página web bien hecha y bien posicionada, junto con una constelación de perfiles en RRSS, porque ésta lucha cara a cara con los más grandes. Si no la pueden/saben hacer Uds. mismos, merece la pena ahorrar algo de lo ganado en las primeras etapas del negocio para hacer una con profesionales.
  • Utiliza todas las plataformas disponibles, canales de venta y todas las posibilidades que tengas a tu alrededor para vender tus productos. Luego, más adelante, podrás especializarte en aquellas que más te interesen o que cumplan mejor tus requerimientos. Y profesionalízate en la labor de venta: eres el primer vendedor de tu producto.
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  • Aunque las instituciones públicas alardean de ello, las subvenciones, las ayudas, los cursos formativos que ofrecen… suelen ser puro humo. O tienen tan restringido el acceso, está tan específicamente diseñado para un sector o empresa determinada, o es tan irrisoria la ayuda, que es CASI perder el tiempo perseguirlas. En todo caso, no cuenten con salir adelante con ayudas públicas, porque no es sustentable a medio plazo. Y no basen su estrategia sólo en esa fuente de financiación. De todas maneras, si te quieres arriesgar, tanto Gobierno de Canarias como Cámaras de Comercio tienen «disponibles» periódicamente subvenciones y cursos mágicos.
  • Fuentes de financiación: existen muchas líneas y créditos ICO disponibles, sobre todo a raíz de la epidemia de COVID. Los bancos requerirán avales, propiedades, algo que respalde el préstamo que quieras obtener. No te será fácil acceder a ellos. Sólo recomiendo endeudarse tras tener muy claro que el negocio va a ser rentable. En este paso, tener un buen plan de negocios o de viabilidad (contrátalo si no sabes hacerlo, es una buena inversión) te será imprescindible para convencer a la entidad financiera. Los préstamos personales suelen ser más caros en tipos de interés. Y los préstamos hipotecarios pueden costarte perder la casa. Ojo.
  • Rondas de financiación y demás que se ven en la TV y los periódicos económicos: existen entidades especializadas en conseguir financiación para start-ups… Pero suelen enfocarse en los negocios tecnológicos. A no ser que tengas contactos, una idea rompedora, un negocio que ya funcione o una buena base financiera previa… déjaselas a otros. Si tienes todo lo anterior, una simple búsqueda en Internet te dejará en manos de estos especialistas financieros. A cambio de un porcentaje de lo que consigas, te buscarán business angels que financiarán tu negocio.
  • Patreon, Onlyfans y otras plataformas de financiación cooperativa. Aunque han perdido algo de fuelle, pueden ser lugares idóneos para conseguir financiación para cierto tipo de negocios y proyectos, sobre todo aquellos relacionados con el arte o con las habilidades personales. Puede que no sea tan mala idea. Pero ya se ha encargado el Estado de meter mano en el asunto y puede que te caigan impuestos por ello o te pongan restricciones legales.
  • Plantea las cosas como si fueras a crecer y enfocarte en el extranjero. Por desgracia, nuestros mercados nacionales están envejecidos (ojo, ahí tienes una oportunidad, servicios para personas mayores) y son muy poco dinámicos. Les cuesta aceptar las innovaciones. Por ello, no tengas miedo a enfocar tu negocio cara a la exportación, sobre todo si tienes entre manos un producto nuevo y rompedor. Y un primer paso es ser capaz de prestar servicios a los extranjeros que vivan cerca de tí, porque conocerás los gustos, las exigencias y los modos de trabajar fuera de España.
  • Elige el momento adecuado: lánzate sólo cuando el mercado está en sintonía con el producto o servicio que tienes en mente. En ocasiones nuestro producto es bueno, pero el mercado no está maduro o no está lo suficientemente abierto a innovaciones. Conservar una idea en la nevera durante un tiempo mientras te dedicas a otros proyectos que sí están funcionando en el momento presente, puede ahorrarte tiempo y dinero.
  • Estudia bien las restricciones legales, los aranceles y la problemática logística particular de tu región. Por desgracia, no vivimos en un mercado abierto y en España la unicidad de mercado va convirtiéndose en un mito. Existen impuestos y normativas específicas que impiden el desarrollo de los negocios (piensa en los patinetes eléctricos, para los que a día de hoy existe un limbo legal). Por ello, estudia bien la legislación que exista en torno a tu producto/servicio. Aprovechar los resquicios legales te puede permitir existir durante un tiempo, pero tarde o temprano el Gobierno (local o nacional) intentará obtener beneficios y regulará el sector. Tenlo en cuenta.
  • El emprendimiento es una carrera de fondo, no una carrera de velocidad. Prepárate para resistir, para equivocarte, para aprender todos los días. Y tómate tu tiempo. No se trata de obtener el objetivo rápido, sino de obtenerlo bien. Las bases que estableces en tu proceso de crecimiento marcarán el carácter y la filosofía de tu trabajo y, por lo tanto, de tu marca en un futuro.
  • Rodéate de profesionales y considéralo como una inversión. Sobre todo en un segundo momento del proceso de emprendimiento, en el que ya cuentes con recursos para contratarlos. Porque no vas a tener tiempo o conocimiento para llegar a todo en el nivel de excelencia que se requiere para triunfar. Te saldrá más barato a largo plazo. Los duros no valen cuatro pesetas, recuérdalo.
  • No te ates a un negocio o a una forma de concebir tu actividad. Sé flexible. Aprovecha oportunidades emergentes. Y, por supuesto, conciénciate para abandonar antes de que el negocio acabe contigo.
  • Nunca dejes de aprender y de actualizarte, siendo consciente de tu valía. Intenta adelantarte a lo que va a ocurrir. En nuestro mundo, aquello que aprendiste deja de valer poco después. Y la realidad invalida mucho de lo que te enseñaron en la formación reglada.

Quiero emprender pero no tengo dinero. ¿Qué puedo hacer? Pues muchas cosas. Pero todas ellas requieren de tu esfuerzo personal, de renunciar a muchas cosas, de pasar malos momentos, de noches sin dormir, de ser capaz de rectificar, de ser humilde. De invertir lo poco que ganes en el mismo negocio. Y, a largo plazo, con mucho esfuerzo, conseguirás salir adelante desde cero.

Estos son los consejos que podemos darte. Suerte.
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Y si en Eureka! Marketing te podemos ayudar, con un plan de marketing, con un estudio de mercados, elaborando un argumentario de ventas o con un sistema de mystery shoppers… contáctanos sin compromiso y estaremos encantados de colaborar contigo.